«Lo mejor de EDEM es que te hace pensar como una empresa»
Así lo asegura Facundo Moro, cofundador de la iniciativa de productos para el aire libre Chilly, quien participó del programa hace unos años. Una mirada desde adentro sobre Empresas del Mañana en la voz de un emprendedor que hoy ya se define como empresario.
Chilly diseña y fabrica productos para el aire libre. Reposeras, materas, lonas, mantas son algunos de los artículos que se pueden aprovechar en un patio, un jardín, una plaza, un parque. Hoy Chilly es lo que es gracias a la toma de conciencia y puesta en acción de su equipo original de empezar a considerarlo y trabajar en él como una verdadera empresa. Proceso que se inició a partir de la participación de uno de sus cofundadores, Facundo Moro, en una edición anterior de Empresas del Mañana (EDEM).
“Lo mejor de EDEM es que te hace pensar como una empresa y no como un emprendimiento ´micropyme´”, asegura Facundo y explica: “Te hace pensar que en algún momento tenés que invertir en marketing, en la marca, en ventas. EDEM te muestra todas las áreas que involucra una empresa. Es un primer manual de cómo arrancar con la empresa”.
Chilly surgió en 2010 como un hobby juvenil entre tres estudiantes universitarios de diseño industrial (Facundo, Diego Zimmermann y Mariano Segundo Fernández Madero). La idea desde un principio fue ofrecer productos con el sello del diseño local y el beneficio de su practicidad a la hora de utilizarlos. Facundo ya conocía las actividades de Inicia y no dudó a la hora de inscribirse al programa en pos de contribuir al crecimiento del emprendimiento propio. Cuando participó de EDEM, el proyecto era mucho más chico que lo que es en la actualidad. Había muchas ideas, pero aún escaseaba esa estructura y forma de trabajo de una verdadera empresa.
Su experiencia en EDEM fue sencilla y enriquecedora. Según Facundo, la cursada en el programa “es bastante práctica”, destacando que lo más relevante para un emprendedor es ese acompañamiento que se vive en el día a día durante la realización del curso. “EDEM te da herramientas para aplicar a tu proyecto y te ofrece experiencias de cómo otros empezaron”, recuerda Facundo y ejemplifica cómo esto contribuyó en Chilly: “Al momento de hacer el programa teníamos una tienda online, pero sin mayor desarrollo. Con EDEM empezamos a ver cómo la teníamos que mejorar, pero además cómo debíamos involucrarnos de forma más equilibrada en las distintas áreas del negocio”.
Tras su paso por EDEM, Chilly fue dando sus propios cambios e impactos. Antes eran cuatro personas trabajando full-time, hoy ya son 10 los involucrados en el día a día de la empresa. El programa contribuyó también en la comunicación de la iniciativa. Hoy Facundo no habla únicamente de la venta de reposeras o mantas, hoy busca dar cuenta del mensaje que se encuentra detrás: “En Chilly invitamos a la gente a disfrutar más cotidianamente del aire libre, y no sólo los fines de semana o durante las vacaciones. Es una invitación a disfrutar del aire libre para leer un libro o para distenderse después del trabajo”.
Consciente de la importancia de seguir creciendo, pero ya con herramientas, formación y una estructura como empresa, Facundo describe los próximos pasos para Chilly: tras una primera exportación a Uruguay, buscan ahora poder dedicar mayor tiempo y esfuerzo a otras ventas al exterior del país. Pero no todo se trata de mirar al afuera. “A la par, queremos seguir pensándonos como marca en el país, estando presente en el interior y ver la posibilidad de abrir un local propio”, cuenta.
“Hoy en Chilly nos definimos como empresa. Tenemos la forma de una empresa. Y, de hecho, ya hemos cerrado nuestro tercer balance”, explica Facundo. Inspirado por la propia experiencia y motivado por ya conocer personas que se inscribieron a la edición 2017 de EDEM, Facundo ofrece su propia recomendación para aquellos emprendedores o “pequeños empresarios” que están pensando en participar: “EDEM te abre la cabeza para pensar el proyecto e ir más allá como empresa. Te ayuda a reflexionar sobre lo que verdaderamente querés hacer y hacia dónde proyectar. Es una forma de usar la imaginación y soñar un poco más, y no quedarte sólo respondiendo mails”.