
Historias de emprendedores
Entre jardines, juguetes y helados hay algo en común, un emprendedor que busca que su negocio crezca. Para sortear este inmenso desafío una comunidad de apoyo y un lugar donde adquirir conocimientos son claves. INICIA es la comunidad más grande de emprendedores de Argentina que brinda capacitación e intercambio de experiencia en las distintas etapas de un proyecto. Aquí, miembros de INICIA cuentan su experiencia, cómo comenzaron y cómo los distintos programas les dieron soporte para enfocar mejor su actividad y llevar sus proyectos a buen puerto.
Ricardo Fehrmann. Fehrmann Jardines.
Ricardo tuvo una vocación temprana de autónomo o cuentapropista, como solía decirse antes de hablar de emprender. A los 19 años montó su primer emprendimiento, una distribuidora textil, pero cansado de las inclemencias financieras de la Argentina quiso luego irse al exterior como actor: sin embargo, una enfermedad familiar truncó el proyecto, lo hizo quedarse en la Argentina y comenzar a estudiar jardinería en el Jardín Botánico, en forma paralela a otras actividades.
Poco a poco empezó a trabajar como jardinero, primero con conocidos de la familia y luego armando una cadena. Contrató un empleado, luego otro, armó una pequeña empresa formalmente… y se encontró en un cuello de botella: no generaba ingresos suficientes para cubrir sus costos, a pesar de la gran demanda y de no parar de trabajar.
En 2004 –recuerda- se cruzó con INICIA y asistió a la segunda edición de Empresas del Mañana. “Un espacio de transmisión de conocimiento, sobre temas que uno tal vez por iniciativa propia no abordaría, como marketing, liderazgo, ventas, finanzas, negociación. En aquellos encuentros de dos o tres horas se hablaba de temas estimulantes, encendían una brasa en mi cabeza sobre ciertos temas. Se abrió la luz al final del túnel, empecé a pensar distinto. Fue poder correrse del ombligo personal –porque cuando uno está muy metido en un trabajo solo ve los obstáculos de lo más urgente, pierde perspectiva- y salir del círculo vicioso de la actividad diaria”.
Así tuvo las primeras herramientas mínimas para ver con una mirada diferente el mundo del trabajo y de la empresa. Después comenzó en INICIA, Directorios Coordinados, un espacio de encuentro de algunos emprendedores, con inquietudes y actividades disímiles, junto a un coordinador. Hoy no sólo participa como emprendedor, sino también como coordinador de uno de los grupos y Director del programa. Directorios Coordinados –dice Ricardo- “genera un intercambio mensual sobre cuestiones estructurales. Es un espacio de increíble riqueza para mí, que no tengo socio ni espacio para debatir esto con alguien. Además se escuchan varias voces, se meditan decisiones, es algo de gran valor”.
“Otro plus fundamental de INICIA es que los capacitadores y coordinadores son voluntarios, y eso genera una sinergia muy positiva. INICIA es un lugar donde llegás y todos quieren que te vaya bien”. La comunidad generó toda una red y comercialmente le permitió tomar decisiones estratégicas más interesantes. Ricardo se dedicaba a mantener jardines particulares y comprendió que era caro para él brindar ese servicio y debía pensarlo para empresas. Así, hubo personas que le abrieron las puertas y a partir de allí armó el desarrollo, ayudado por una sensación de comunidad que se da en INICIA sin importar en qué rubro se trabaje.
“Hoy me resulta anecdótico hasta el rubro al que me dedico, lo que más me entusiasma es gestionar una empresa. En estos años el crecimiento fue exponencial. Y creo que no hubiera sido posible sin contar con las herramientas que me pusieron en el camino”. Ricardo destaca, sobre todo, la diversidad: “En una época donde todo se plantea de forma muy binaria, blanco o negro, INICIA es diverso en todos los aspectos y revela que la diversidad no tiene por qué ser un impedimento, sino que funciona como potenciación”.
Verónica Reguera. Ainé Juguetes.
Verónica es maestra jardinera y creadora de Ainé Juguetes, que produce juguetes didácticos de tela. “En 2001 –recuerda- estábamos sin trabajo, y aunque mi marido era artesano y ya trabajaba por su cuenta, yo nunca imaginé que iba a ser emprendedora”.
Ainé Juguetes fue un proyecto nacido por necesidad. Y aunque Verónica solía hacer juguetes para sus alumnos, no lo había pensado como negocio: sin embargo, después de hacer algunas pelotas y llevarlas a varios locales, encontró una oportunidad en el momento justo, cuando se había cerrado la importación. Así el emprendimiento “se fue construyendo sobre sí mismo”, sin un plan de negocios, sino aprendiendo sobre la marcha.
El segundo paso fue, al año de empezar, la apertura de un local en San Isidro, cuando estaba todo lleno de locales vacíos. Era un momento difícil pero también una oportunidad, porque los alquileres habían bajado mucho. En ese momento, Verónica conoció a INICIA: algunos miembros de la comunidad pasaron por su local y la invitaron a una actividad.
De este modo empezó varios cursos, especialmente Empresas del Mañana, que abarca temas de marketing, marca y organización. “Pueden ser obvios para quien ya está en el tema, pero son nuevos para una ‘cabeza de empleado’”, asegura Verónica.
“Yo sabía de niños y pedagogía, pero era cero en lo comercial. INICIA fue un apoyo muy grande, mientras en el país seguía pasando de todo. Se presenta como el lugar que siempre está. Incluso ahora seguimos, estamos haciendo Directorios Coordinados: nos juntamos para ver en qué está cada emprendedor. Y aunque todo cambie siempre tenemos un lugar para ver qué hacemos con aquello que cambia. Porque con estas economías locas tenés que ser mutante: si no, no sobrevivís. Y es bueno estar rodeado de gente que tenga los mismos problemas: los emprendedores estamos muy solos, compartir con otros abre la cabeza. Por eso hice todos los programas de INICIA; a medida que los creaban iba haciendo todos. Y luego seguimos con Directorios Coordinados, que es la instancia que queda, adonde uno vuelve. Todos los negocios siguen creciendo y vamos avanzando juntos”.
Con el tiempo, Verónica vio que su fuerte era el diseño y decidió seguir creando para vender a las jugueterías, en particular la nuevas jugueterías “alternativas”, una novedad que antes no existía. Comenzó a recibir pedidos de productos al por mayor y así se convirtió en proveedora de juguetes y una marca mayorista. Además Ainé Juguetes completó su propuesta con una tienda online donde vende directamente al público y desde este año sumó Espacio AINE, un coworking para mamás con grupos de juego para los chicos.
En todo este proceso –explica- el principal aporte de INICIA fue la posibilidad de pensar y corregir todo el tiempo el camino del emprendimiento. Sin quedarse trabado, sin cometer los mismos errores, sino actuando en forma inmediata para comenzar un proceso de cambio.
“INICIA aporta mucho conocimiento; es un excelente lugar donde nutrirse y aprender. Y es genial porque es gradual, va de lo más chico a lo más grande. En modo imperceptible –concluye Verónica- uno mismo va haciendo el progreso, gracias al crecimiento que generan el intercambio, la mirada de los capacitadores y de los otros emprendedores”.
Mariano Tortora. Moratto Helados.
Mariano es contador y en el año 2001 trabajaba en una gran corporación. En esa misma época empezó a instalar heladerías por su cuenta, porque tenía ganas de hacer algo independiente e invertir, de generar una fuente de ingresos aparte. De hecho siempre había querido tener su propia empresa, y así poco a poco empezó a dar los pasos en esa dirección.
En aquellas primeras heladerías se compraba el helado al proveedor y se vendía en locales: así para fines de 2004 Mariano ya tenía ganas de irse de la corporación donde trabajaba. Se reunió con su socio actual y decidieron poner una fábrica de helados para proveer a sus propios locales. Renunció y en 2005 se dedicó a las recetas, los productos y el lanzamiento la nueva marca Moratto. A partir de allí siguió todo un proceso de idas y vueltas, períodos de crecimiento y amesetamiento, una suerte de zigzag que a veces dependía de cuestiones externas de coyuntura y otras –admite- de asuntos internos.
“Así llegamos a 2008, cuando veo que estaba necesitando capacitación. Tenía mi formación de contador y una maestría en finanzas, pero necesitaba saber de negocios. Así conocí el programa Empresas del Mañana: son dos meses de capacitación en marketing, finanzas, impuestos, finanzas, liderazgo, un pantallazo por varias áreas que termina con una presentación final dirigida a una acción”.
Mariano, que era más un técnico a nivel numérico, no había tenido capacitación en negocios. Empresas del Mañana –explica- le “abrió la cabeza” en cuestiones de cómo llevar un negocio adelante. A partir de ahí cambió la imagen y comprendió la necesidad de capacitación constante, de definición de estrategias, de cambio, de innovación, de ser más consciente del mercado, de los clientes, de qué es el liderazgo. La necesidad de poner sobre la mesa todo lo que requiere un negocio para que funcione bien.
INICIA es clave en las primeras fases de un emprendimiento, asegura. “Uno necesita un apoyo, rodearse de emprendedores, de otras experiencias, estar en una comunidad de emprendedores compartiendo la problemática. Y obviamente empezar a replantear el negocio y darle una orientación, hacia dónde uno quiere ir y cómo hacerlo. Uno nunca termina de capacitarse”. Hoy día el propio Mariano ayuda capacitando en Finanzas y es coordinador de uno de los grupos de Directorios, pero al mismo tiempo sigue formándose y entrenándose, aprendiendo cosas nuevas para estar siempre al día.
“Las problemáticas del emprendedor hoy son las mismas de antes, pero hay más herramientas. Lo importante es animarse a emprender, a lo que uno tiene ganas de hacer. Si se espera a que todo esté perfectamente acomodado, ese momento no se va a dar nunca. Hacer primero y afinar después. No quedarse en el pensamiento, pasar a la acción”.