
Enfocar la creatividad
Por Pachu Paniego
Obsesivos
Claudia Leonora Nogueira, coach de emprendedores, nos explica cómo hacer foco en nuestras ideas sin dispersarnos ni caer en excesos de atención, para poder desarrollar nuestros emprendimientos de manera creativa.
Un foco apagado no alumbra. Un foco con demasiada potencia encandila. Ninguno de los dos ilumina de manera correcta para poder ver el camino a seguir. Lo mismo sucede con nuestra manera de mirar las cosas a la hora de emprender: quien hace excesivo foco en un asunto quedará detenido en detalles sin posibilidad de ver alternativas, y quien se dispersa, será incapaz de decidir con convicción por dónde transitar.
En sus encuentros de acompañamiento con Programación Neurolingüística, a Claudia Nogueira le es habitual encontrarse con emprendedores desanimados que no obtienen los resultados que esperan, acorde a sus acciones. Asegura que es algo frecuente tanto en los que hacen foco excesivo como en los dispersos, y siendo ambos perfiles opuestos, lo que precisan es lo mismo: manejar su emocionalidad, acciones y resultados.
¿Qué nos da y qué nos quita hacer foco en exceso?
El que hace foco en exceso es aquel que en lenguaje coloquial podríamos tildar de “obsesivo”. Será un perfil de emprendedor que no dejará cabos sueltos y establecerá un camino firme en el recorrido hacia su objetivo. En el transcurso, procurará que todo se cumpla en tiempo y forma, sin olvidar ningún detalle en los eslabones de la cadena. Claudia Nogueira sostiene que para un emprendedor se trata de una manera muy “útil” de abordar los proyectos.
Sin embargo, este cuidado por cada arista del emprendimiento puede derivar en resultados negativos. Llega un momento en que se pierde la capacidad de ver el “todo” por ocuparse de cuestiones menos importantes de manera intensiva. “Suelen ser personas que se detienen en detalles y no pueden distinguir entre lo urgente, lo importante y lo que puede esperar”, explica la coach. En definitiva, esta mirada minuciosa lleva a que frente a distintos imprevistos, la persona sea incapaz de pensar alternativas, perdiendo así su perfil creativo.
La creatividad: una cuestión de mirada
Lo que se esconde detrás del foco excesivo es el miedo al caos y al desorden. En el afán de querer controlar todas las situaciones, se impide el surgimiento de la creatividad, a la que Claudia Nogueira define como “el proceso de accionar en campos desconocidos y reconocernos actuando de diferentes maneras, nuevas e innovadoras”. ¿Cómo hacemos entonces para recuperar la creatividad cuando la mirada parece cegarse en detalles?
A no perder la calma porque ese foco que encandila puede cambiarse por uno que nos permita ver más alternativas. Lo primero que debemos hacer, explica la coach, es alejarnos de ese foco. Tomando distancia podremos tener una mirada más global e integral del asunto. En ese ejercicio de distanciarnos, también puede ayudar el pensar el problema desde la perspectiva de otras personas: ¿cómo resolvería otro, desde su punto de vista y emocionalidad?
Con ese nuevo pensamiento que puede haberse inspirado en algún familiar, amigo o referente, debemos volver al foco. Pero esta vez lo haremos con una nueva perspectiva que sumará riqueza donde antes había limitación. Claudia Nogueira explica que este doble movimiento de ir y volver al foco no genera la pérdida del objetivo inicial, sino que permite ir en busca de los recursos necesarios para hacer un cambio personal y profesional.
Después de todo, podemos decir que un foco que encandila puede cegar de la misma manera que uno que está apagado. Solo hace falta reconocer este exceso de atención, soltar el miedo a los resultados no deseados y animarnos a dar lugar a la creatividad que es, en definitiva, la que mejor ilumina.