
Empresas familiares: ¿sí o no?
Por Eileen Murphy
Algunos encuentran en la confianza del seno familiar el plus necesario para lanzarse a emprender. Otros optan por mantener el mundo laboral y el familiar separados, ya que de esta manera logran disfrutar al máximo de cada uno. Reunimos a tres referentes para conocer su opinión.
En contra, según Federico Churba
En el caso de emprender con familiares, debe contemplarse el hecho de que las decisiones que se toman en el ámbito laboral suelen estar fuertemente condicionadas por ese vínculo. Habrá que esquivar obstáculos teniendo en cuenta que los deseos o proyecciones de los miembros de la familia no interfieran en decisiones que conduzcan al desarrollo del negocio. Existen miles de antecedentes de disolución de empresas, donde los vínculos personales se ven también afectados, y en el seno de una familia esto puede ser aún más traumático. Por eso, a la hora de decidir si emprender con familiares pondría en la balanza no solo el aporte inicial al emprendimiento (es indudable que en cualquier inicio, sentirse acompañado o apoyado suele ser una ventaja) sino también un serio análisis a futuro.
Una de las ventajas de trabajar con personas ajenas a la familia o a los amigos es que en la formación del equipo se pueden valorar mejor las capacidades de cada uno, independientemente del grado de cariño y confianza previa. Además, cuando se presenten los momentos de conflicto y sea necesario confrontar y acordar, se contemplará solo el tema problemático sin poner en juego lazos familiares. Por último, los temas de conversación en las reuniones de la familia no tendrán que ver con negocios, como sucede cuando trabajo y familia van de la mano.
Consejos para armar un buen equipo de trabajo:
1. Confiar en el otro y en sus capacidades. Si nos equivocamos, el tiempo nos lo dirá.
2. Ser generosos. La generosidad es la mejor moneda de cambio (¡vaya paradoja!).
3. Unidad. Ningún equipo puede funcionar sin esta característica.
4. Una buena comunicación es imprescindible para que se encaminen las tareas.
5. Entendimiento. Ninguna persona es igual a otra, ni responde a las mismas motivaciones.
6. El orden de los factores no altera el producto.
A favor, según María Álvarez Fourcade y Bernardo Gatti
Para emprender con un familiar, creemos fundamental elegir una actividad que despierte pasión en los involucrados. En nuestro caso, decidimos profesionalizar lo que veníamos haciendo para nosotros –restaurar muebles para amoblar nuestra casa– ya que descubrimos que lo disfrutábamos. En el camino nos dimos cuenta de que los dos teníamos fortalezas y experiencias muy diferentes, que enriquecían el aporte que cada uno realizaba.
Si bien no fue tarea sencilla, logramos conocernos y aceptarnos en un nuevo aspecto: el laboral. Es fundamental ese momento de aceptación para permitir que cada uno brille.
Para lograr el éxito de una empresa familiar es clave tener una buena relación interpersonal previa, si no se torna imposible. Si ya se han superado obstáculos juntos, los nuevos retos que se presenten al emprender seguramente serán superados y terminarán haciendo crecer la relación.
Un emprendimiento conlleva bastante sacrificio, tiempo y dinero invertido e implica relegar otras cosas. Cuando se trata de un proyecto de la familia, sin duda cada paso que se da es mejor comprendido por los involucrados. Además, cuando se alcanzan objetivos y logros, la satisfacción de poder compartir y festejar juntos es profundamente emocionante porque nos involucra a todos.
Recomendaciones para emprender con familiares:
1. Aclarar expectativas sobre el emprendimiento (qué significa el proyecto para cada uno; cuál es el sueño detrás del emprendimiento).
2. Creer en las habilidades del otro y ayudar a potenciarlas.
3. Buscar ayuda externa.
4. Conversar mucho y escribir planes para luego discutirlos e implementarlos.
5. Confiar en tu socio. Dividir las responsabilidades y las áreas de gestión para que cada uno pueda moverse cómodo y con autonomía.
6. Buscar la mejora continua.