Emprender es una actitud ante la vida
Por Trini Llambías
El miércoles 14 de julio, la organización civil INICIA realizó su 32° Encuentro de Emprendedores. Participaron como disertantes Ariel Davalli y Diego Balan.
INICIA tiene como misión fomentar la creación y el desarrollo de emprendimientos sustentables. Desde 2002 brinda asesoramiento y capacitación, así como también lugares de encuentro para reflejar esta actitud ante la vida: la actitud de emprendedor.
El miércoles 14 de julio diversos emprendedores participaron de esta “Plaza Publica”, el lugar que INICIA les propone para dar a conocer sus novedades, para tender puentes y para generar un espacio de confianza en donde se pueda intercambiar opiniones, compartir información, experiencias y conocimiento. Como se escuchó en la película La Lista de Schindler, una vela no pierde su luz por compartirla con otra. Y en este encuentro, esa luz tiende a multiplicarse.
Confianza
La confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro. Así lo explica Laurence Cornú, Doctora en Filosofía en “La confianza en las relaciones pedagógicas”. Es decir, apostar a lo que otro puede llegar a hacer. La confianza, o mejor dicho, la confiabilidad, es la manera en que las sociedades pueden expresar cierto grado de seguridad al momento de su desarrollo, en cualquiera de sus áreas.
Los argentinos tendemos a ser desconfiados. Menos de 2 de cada 10 personas creemos en el otro, a diferencia de lo que ocurre en los países nórdicos. Allí la relación es inversamente proporcional; 7 de cada 10 ciudadanos nórdicos confían en sus pares. No es difícil hacer un paralelismo con la vida social, cultural y pública, y mucho menos en el ámbito de los negocios y la economía.
INICIA, como intermediario o constructor de puentes entre quienes ofertan posibilidades y quienes demandan la cobertura de necesidades, busca volver a generar y contagiar esta confianza. Joaquín Sorondo, presidente de INICIA, emprender para el futuro, dio comienzo a la exposición de los disertantes, planteando la necesidad que existe hoy, de confiar y emprender. Así lo hicieron, con el ejemplo, los invitados Ariel Davalli y Diego Balan.
Sobre bolsas de azúcar
Ariel Davalli fue el primer disertante de la noche. Tiene 40 años, es padre de dos hijos y trabaja desde los 18 años en la empresa de su familia, Chungo. Pasó por todas las áreas de la empresa: atención al público, elaboración de helados, administración y finanzas. Actualmente ocupa la Gerencia Comercial y Dirección General, abocándose al desarrollo de nuevos proyectos.
Chungo fue fundada por su padre en septiembre de 1973, cuando él sólo tenía 3 años. “Mi padre fue un emprendedor nato”, cuenta Davalli. “Después de haberse embarcado en otras actividades sin tener éxito, surgió la posibilidad de Chungo. Los fines de semana él trabajaba en una heladería, cuyo dueño tenía un fondo de comercio en venta. Mi padre decidió empeñar todo su capital -un Renault 4- y comprarlo. Ese fue el comienzo de Chungo”
Como en todo emprendimiento, contaba Ariel Davalli, hay mucho esfuerzo detrás. El éxito está por delante del trabajo sólo en el diccionario. Así es que para llegar a donde se encuentra hoy Chungo, una marca reconocida en nuestro país no sólo por los premios sino por el aval de sus clientes, hubo mucho sacrificio invertido. Horas de trabajo para brindarle al cliente lo que se merece. Esto muchas veces significó resignar ciertas cosas.
Davalli recordaba esto con una anécdota de su madre, imagen viva del sacrificio de del emprendedor: encontrar a su padre dormido en las bolsas de azúcar con las que se fabricaba el helado.
Chungo es hoy una empresa líder que no sólo nutre al mercado local sino que amplió su público al exportar sus productos.
Es cultural
¿Quién no ha visto la publicidad del mundial, en donde los argentinos somos comparados con los habitantes de otros lugares del mundo? En este spot que intenta esbozar los defectos y las virtudes de todos los argentinos, una frase quedó en nuestra memoria auditiva: es cultural. Es cultural que seamos “chantas”, es cultural que hagamos las cosas con el corazón.
El segundo disertante de la noche fue Diego Balan, coordinador ejecutivo de Argentina Canta por la Paz, un emprendimiento que trabaja con ese “ser cultural”. Este proyecto cultural-educativo se basa en la creación de un espectáculo musical interpretado por 1810 alumnos de escuelas de diversos credos, culturas y colectividades del país (por ahora, de la Ciudad y el Gran Buenos Aires) para los festejos del Bicentenario.
Diego Balan tiene 28 años, y fue junto a Muriel Bourgeois que empezó a pensar en la idea de usar el arte como un medio para la transformación social; para perder ese mote de “chantas” y enaltecer la diversidad. Ese “ser cultural” lo armamos entre todos, y este emprendimiento actúa para mejorar la sociedad a través de los chicos. Los invita a interactuar a través de la música y el espectáculo, que los une, para compartir las diferencias. Se trata de tender puentes que permitan reunir para crecer, para aprender del otro, usando al arte como herramienta.
Diego y una de las 50 docentes de música que trabajan con un grupo de chicos de 5to grado, contaron a los allí presentes su experiencia y mostraron avances de lo que será un documental de “Argentina Canta por la Paz”. “La idea no es decirle, él es igual a vos. Sino que a través de la música puedan encontrar un punto en común y que con sus diferencias puedan armar algo mejor”, explicaba Balan.
INICIA también emprende
INICIA sigue buscando nuevas variantes. Joaquín Sorondo presentó al final del encuentro a Daniel Cerezo, integrante del Centro para un Nuevo Liderazgo (CNL).
Con la idea de construir un país diferente, un grupo de jóvenes se acercó al Penal de San Martín con el libro “Nuevos líderes, conductas que están transformando la realidad”, para despertar los líderes que hay allí. Porque, como bien dijo Daniel, “hay muchos jóvenes que están marginados. Cuando uno vive en la pobreza, no es sólo el dinero lo que a uno le falta, sino la capacidad de proyectar. Yo quiero que un pibe pueda ser líder de su propio proyecto de vida. Y así mejorar su calidad de vida. Ser emprendedores de su propia vida”.
Es por estos emprendimientos y muchos más, que INICIA es referente obligado para quien desee llevar adelante un buen proyecto.
INICIA trabaja sobre cuatro ejes. El primero, se centra en generar riquezas económicas. “Queremos que haya mucha gente que haga buenos negocios. El único que puede crear valor económico en una sociedad es el emprendedor”, explica Sorondo. “Pero no se acaba acá. Tiene que tener muy en claro que vive en una sociedad, y tiene que aportar un valor social. De nada sirve estar en un país en donde el 40% de la gente está excluida.”
El tercer eje es el cívico: “vivimos en una sociedad política, aunque todavía nos falta mucho por mejorar la democracia que tenemos. No podemos ser tibios, tenemos que inundar la política con gente que vale la pena en vez de esperar que los que están cambien”, enfatiza Joaquín. Y por último, el medio ambiente. “Somos cada vez más conscientes de las consecuencias del maltrato a la tierra. Por eso creemos que los emprendedores deben tener la claridad de que los negocios no se hacen destruyendo el medio ambiente”.
En suma, todo aquel que participó de este 32º Encuentro se llevó aprendizajes para aplicar en lo profesional, calidez humana y un conjunto de experiencias enriquecedoras a nivel personal.