
De Emprendimiento a Pyme
*Por Susana Silvestre
El inicio de un emprendimiento se caracteriza por el seguimiento paso a paso del desarrollo del producto o servicio y de los tiempos, gastos, contactos que hay que establecer.
A medida que toma volumen, la dinámica de crecimiento requiere cambios en las formas de hacer. Se presenta el primer desafío para los emprendedores, ya no enfocados en el producto sino en su rol de líderes o desarrolladores de una pequeña empresa.
Para lograr un salto efectivo conviene revisar tanto la gestión de la organización como la percepción y proyección que de sí mismos tienen los emprendedores.
El crecimiento provoca cambios en la velocidad y simultaneidad. En el inicio los temas son dispuestos y secuenciados por el emprendedor pero frente al volumen hay que responder de maneras diferentes para ser eficientes. Aparece la sensación de pérdida de control y de falta de herramientas adecuadas para estar a la altura de las necesidades de este momento.
Una vez que se comprende y acepta que la dinámica cambió, se pueden buscar formas de seguimiento y control más eficientes. Identificar aquellos indicadores que sirvan de guía y alerten desvíos. Dicho de otro modo: ¿Qué es importante mirar y cuándo?
La necesidad de inversión es propia de todo desarrollo que quiera mantenerse a lo largo del tiempo. La inversión no asegura el éxito, pero sin inversión el camino se hace más trabajoso. Si se espera que las ganancias de la empresa permitan ese salto, pueden generarse cuellos de botella y retrasar ingreso de recursos en los momentos en que más se necesitan. La inversión no es sólo en dinero, sistemas o maquinaria, también es en capital humano.
Incorporar nuevos colaboradores no es sólo contratar gente, es desarrollar talento en la organización para adaptarse a escenarios cambiantes, trabajar en forma colaborativa y alcanzar objetivos.
Ser empresarios –no importa el tamaño de la empresa- implica asumir riesgos y compromisos. ¿Qué significa para cada uno este nuevo rol? Con qué aspectos positivos o negativos los asocia, cuál es el grado de riesgo que se quiere asumir, cuáles son las posibilidades reales de inversión, tiempos de espera personales para la recuperación de capital, devolución de préstamos, etc. Estos proyectos se dan en momentos en que también se está formando una familia. ¿Cuáles son las expectativas e impacto en la vida familiar?
Este es un momento de gran exigencia e inquietud y los emprendedores suelen sentirse solos. En los programas de INICIA, Empresas del Mañana (EDEM) y Directorios Coordinados, promovemos una mirada sistémica revisando las diferentes perspectivas que hacen a la gestión de la organización y su potencial. Comprender la dimensión de la empresa y revisar este camino junto con otros emprendedores enriquece y ayuda a proyectarse desarrollando no sólo valor económico, sino también social y ambiental.
* Miembro de la Comisión Directiva de INICIA y Consultora en Desarrollo de Talento Organizacional