Cuando equivocarse es el mejor camino
Por Pachu Paniego
Damián Revelli
Mini Bio
Tiene 39 años y es Arquitecto de la UBA. Ganó concursos de Arquitectura y Diseño Industrial y también fue docente. Abrió un bar de diseño que no prosperó, trabajó en el área de locales comerciales y marca de Movistar, y fundó la empresa Remodelatucasa. Es capacitador en INICIA.
Experiencia
La primera experiencia emprendedora de Damián Revelli no resultó ser lo que él esperaba y lo llevó al fracaso. Convencido de que los errores son aprendizaje, nos cuenta cómo se animó a enfrentar un proyecto fallido y a capitalizar la experiencia para transformarla en crecimiento.
En el año 2002, con el título de arquitecto bajo el brazo, Damián Revelli decidió abrir un bar de diseño llamado La Búsqueda. La idea consistía en que el cliente, además de consumir los productos, podía comprar cualquier cosa que encontrara a su alrededor: desde los muebles hasta la vajilla, pasando por objetos de decoración. Su objetivo era generar un canal de venta novedoso para comercializar sus artículos de diseño.
Sin saber nada sobre cómo encarar el negocio, Damián vendió un departamento que había heredado de su papá e invirtió ese dinero para abrir el bar. A los tres meses de funcionamiento ya era consciente de que “la cosa no andaba”. Las decisiones que tomaba eran guiadas meramente por impulsos, y hoy reflexiona que todas las elecciones fueron incorrectas: el nombre del local, la ubicación elegida, haber vendido la propiedad para invertir…
Sin embargo, confiesa que tenía mucha energía para autoengañarse y para convencerse de que en algún momento se produciría un cambio y el proyecto comenzaría a funcionar. Pero ese momento nunca llegó, y a los dos años tuvo que cerrar: “¡No sé cómo duré dos años, hoy con todo lo que sé de números lo hubiera cerrado al segundo mes!”.
Cómo encarar la derrota
Un día, durante una discusión comercial, Damián Revelli recibió una trompada de un socio que literalmente le dio vuelta las ideas. Fue la bisagra que lo llevó a darse cuenta de que había llegado muy lejos en el afán de que el emprendimiento funcionara, y con denuncia policial y abogados de por medio, finalmente se retiró del proyecto y se puso a buscar trabajo.
“Mi ego era tan fuerte que no podía soportar el fracaso”, recuerda Damián. Aceptar la derrota implicó una gran cuota de autocrítica que vino de la mano de un hueco emocional. Asegura que lo más difícil de soltarle la mano a un emprendimiento es el hecho de no tener un plan B, y en su caso pensar en cerrar el bar implicaba no tener para dónde salir. Fue entonces que tomó conciencia de que un arquitecto no podía ser empresario, a menos que aprendiera a serlo: “No existen escuelas de emprendedorismo, el único lugar que hoy considero que cubre ese hueco es INICIA, el resto es paliativo”.
Del error se aprende
Damián Revelli define aquella experiencia del bar como su Posgrado en Emprendimientos. Hoy es el fundador de Remodelatucasa: arquitectura de pequeñas obras, una empresa que, a diferencia del bar, creció de manera sostenida en los últimos años. Asegura que no hay una enseñanza de La Búsqueda que no esté hoy en su nuevo emprendimiento, y que si bien el nombre del bar no funcionó en su momento, con el correr de los años fue adquiriendo un gran significado.
A todos los nuevos emprendedores, Damián les aconseja comenzar de a poco y no lanzarse “con todo” como hizo él. Está convencido de que la única manera de aprender a emprender es emprendiendo y rescata la importancia de capacitarse en lugares como INICIA que dan certezas e intercambios valiosos.
¿Te imaginás si Maradona sólo pensara en todos los goles que no pudo hacer y no en sus campeonatos? ¿Y si sólo nos quedáramos con los porrazos que nos dimos al sacarle las rueditas a la bicicleta? Así reflexiona Damián Revelli, un convencido de que el error es aprendizaje, que seguir intentando vale la pena, y que a veces equivocarse es el mejor camino que a uno le puede tocar.