Cómo gestionar una cultura empresarial
El dueño de una Pyme, frente al espejo, seguramente verá reflejada su propia figura a partir de dos grandes planteos:
– ¿Qué es lo que saben hacer (know how) los empresarios? Encuentran oportunidades y las convierten en negocios.
– ¿Qué les cuesta mucho a los empresarios? Encontrar colaboradores que sintonicen con ellos en función de un destino en común.
Habitualmente, los propietarios de las pymes se preocupan y ocupan de lo “productivo” propiamente dicho, olvidando o postergando variables tales como la clasificación de su cartera de clientes, el desarrollo de los intangibles (marca) y evolución de su capital humano (gente), entre otros aspectos.
¿Usted quiere crecer como empresario y, por ende, ver en plenitud a su compañía? Deténgase. Piense por tres. El desafío empresarial debería tener como foco tres ejes fundamentales:
1. Los clientes.
2. La gente o colaboradores.
3. La marca.
Los clientes son la razón de ser de su empresa. La gente, es la que la lleva adelante; y la marca, es lo que diferencia a la compañía en el mercado. Así, la marca, elaborada por usted y cuidada por su gente, tiene que ser el puente de oro que ligue al cliente con su empresa.
Sincérese frente a este planteo:
¿Cuál fue la dedicación y el presupuesto que asignó a estos tres ejes en los últimos tres años? Me refiero, ¿cuánto tiempo y dinero invirtió en ESTAR con su cliente, DESARROLLAR a sus colaboradores y POSICIONAR su marca?
El compromiso de parte de sus clientes se dará cuando ellos sientan, perciban y puedan medir que con los productos y servicios que usted les vende, ellos son más felices, prósperos y en constante crecimiento. Recuerde que el cliente nunca es tonto y que, además, no paga por algún producto o servicio más caro, si no percibe que la diferencia lo valga.
El compromiso de parte de sus colaboradores se dará cuando sientan, perciban y puedan medir el efecto recíproco que implica la pertenencia. Es decir, que el aporte que los empleados hacen sirve para que la organización crezca y viceversa, que la empresa les habilita un escenario promisorio de realización humana y profesional.
La gente, sus colaboradores, tienen, como todo ser humano, una doble motivación, basada en dos variables: intrínseca y extrínseca. La primera, viene en su “mochila”, que es lo que trae con su personalidad, historia, expertise, etcétera. Ahí, usted muy poco puede hacer. La segunda, es lo que el contexto le facilita para su desarrollo. Ahí, su empresa, como parte muy importante de la vida de la gente, puede hacer mucho para que aflore todo el esplendor que espera de sus empleados.
Como parte de la gestión de una cultura basada en el compromiso, resulta muy importante balancear entre lo que la empresa hace, lo que dice que hace, lo que otros dicen que la empresa hace, y lo que los clientes y colaboradores piensan y sienten.
Veremos cómo se gestiona la cultura del compromiso y la confianza con los clientes y empleados:
Gestionando una cultura del compromiso y confianza
Respecto a los clientes:
Adelante!!!
• Haga crecer y crezca con ellos.
• Es su socio estratégico.
• Pase más tiempo con sus clientes que en su empresa.
• Únase con gente profesional para desarrollar su marca.
• Genere vínculos comerciales de largo plazo.
• Dedique tiempo para proyectos de largo plazo.
• Establezca empatía y promueva la fidelidad.
Riesgos!!!
• Que compre sus productos o servicios sólo por precio.
• Que no reconozca que usted es importante para su negocio.
• Considera que siempre tiene que hablar o tomar decisiones con usted y no con su gente.
• Se quedan con la imagen o impronta del fundador y no analizan la evolución de la empresa.
• Perciban mayor burocracia.
Respecto a los colaboradores y empleados:
Adelante!!!
• Busque la profesionalización de la gente.
• Están abiertos a la novedad.
• Mayor rendimiento en áreas (por idoneidad).
• Mayor apertura al cambio.
• Mayor propensión al aprendizaje.
• Cuadro de reemplazo en posiciones claves.
• Transmita ideas positivas.
Riesgos!!!
• Que sientan el trabajo como rutina.
• Perciban cortocircuitos graves de comunicación.
• No comprenden los objetivos.
• Los valores les resultan muy “declamativos” y poco vivenciales.
• La participación es mínima y sólo se los considera “parte de la infraestructura”.
• Formación de mercenarios que se muevan sólo por el salario.
Conclusiones:
1. Los clientes están más volátiles, cuestionadores e insatisfechos. Por eso, aprenda y crezca junto con ellos, para que el compromiso se transforme en un matrimonio productivo.
2. Sus colaboradores son también sus socios. Si ellos se sienten importantes, su empresa será aún más importante.
3. Lo único que perdura de una empresa es (son) su(s) marca(s). Dedíquese a desarrollar e invertir en política de marca. Sea creativo y conviértase en un Pepo: Pensamiento Positivo, amigo mío por excelencia!.
por Salomón Jorge Babor: Fundador de Antropología y Empresa, y autor del libro “Un antropólogo en la empresa” (Gran Aldea Editores; Buenos Aires; 2009).-
Fuente: http://www.negociosypymes.com