
La Historia de INICIA
El 2001 fue, para los que vivimos en Argentina, y en especial para la clase media, un año de gran conmoción. De golpe, la pobreza se volvió visible y palpable para toda la sociedad. No es que antes no existiera, es que muchos no la veíamos. Esta visibilidad despertó la sensibilidad y solidaridad de muchos, y provocó el nacimiento de un gran número de organizaciones sociales que intentaron e intentan, hasta el día de hoy, dar respuesta a este flagelo.
Al mismo tiempo, la clase media fue también impactada por un masivo desempleo. Un gran sector de la sociedad que había sido criada, educada y capacitada para trabajar en una empresa, quedó sin posibilidades de acceder a un puesto de trabajo. Entre los afectados por el nuevo desempleo estructural, se encontraban los jóvenes, quienes llenos de ilusiones y energía renovada buscaban, frustradamente, poner en práctica todo aquello que habían estudiado y aprendido los últimos años.
Así, un grupo de personas, atentas y sensibles también a esta situación, se propusieron hacer algo concreto frente a esta realidad. Pero ¿hacer qué?, ¿cómo crear empleo en un país en el que reinaba el desempleo? Con mucha creatividad, intuición y convicción, dieron vida en septiembre de 2002 a la Asociación Civil INICIA, emprender para el futuro.
Si el empleo ya no era una opción, la posibilidad de trabajar quedaba en manos de todos y de cada uno.
De todos, porque la era del individualismo que nos había marcado hasta el momento no nos había llevado a buen puerto. Era hora de reconstruir las redes sociales, los vínculos con los otros, con nuestros vecinos, con nuestros conciudadanos. Por eso, INICIA se definió, desde su nacimiento, como una plaza pública como un lugar de encuentro.
Y de cada uno, porque ya no había nadie que nos diera trabajo, ya no había jefes que nos dijeran qué hacer. Sino que era tiempo de EMPRENDER, de crear el propio trabajo, de atreverse, de animarse, de desafiar aquel paradigma con el que nos habíamos formado y que nos decía que tener un buen empleo significaba ingresar en una multinacional.
De esta manera, nacieron los Encuentros de Emprendedores, espacios en los que todos los meses asistían distintas personas, con sus ganas, miedos, proyectos, sueños, y en los que, juntos, compartían conocimientos, opiniones, ideas, inspirándose y motivándose mutuamente. Y en los que iban ocurriendo esos “milagros predecibles”.
Hoy, luego de 10 años, estos Encuentros, que fueron la puesta en acción del sueño de los que imaginaron INICIA, se materializan todos los días en una multiplicidad de formatos: cursos, charlas, programas, libros, desayunos, seminarios, concursos, mateadas, etc. No importa el modo, sino que cada una de estas actividades mantiene vivo el espíritu de aquellos primeros Encuentros. Esos espacios en los que todo es posible, todo es “posibilidad”. Sólo basta poner en acción, ejecutar, hacer… con otros. Por que con ellos, es más fácil, porque juntos es mejor.