
Emprender sin perder el equilibrio
Por Eileen Murphy
EQUILIBRIO. La búsqueda y las ganas de hacer fueron la guía en su camino emprendedor. Hoy, Tomás Pando, creador de la marca de alpargatas Paez, disfruta de su empresa y de los beneficios de ser su propio jefe sin descuidar el equilibrio entre su actividad laboral y su propia persona.
Tomás Pando tenía 18 años cuando empezó la carrera de Administración de Empresas en la Universidad y desde ese momento supo que, tarde o temprano, iba a crear su propia empresa. Consciente de que el riesgo era alto, estaba seguro de que en caso de tener éxito el beneficio sería mayor. Y hoy lo puede corroborar. Con la idea de emprender como norte en su vida, en el año 2006 surge la idea de fabricar alpargatas con diseño y, tiempo más tarde nace Paez, que en pocos años tiene presencia en 25 países y logró convertir un producto argentino como la alpargata en un icono de lyfe style y tendencia. Sin que el éxito le impida seguir siendo una persona fresca y sencilla, y manteniendo su espíritu libre, Tomás encontró, de la mano de Paez, la manera de vivir en un equilibrio que, para él, es perfecto.
Lo primero: familia, amigos y salud
Hace dos años, en plena etapa de crecimiento de su empresa, Tomás tuvo un llamado de atención: le diagnosticaron diabetes. Esto hizo que se le prendiera una alarma que sirvió para que se reacomodaran sus prioridades. Hoy, con la enfermedad controlada, dedica buena parte de su tiempo a hacer deportes varios, como nadar, andar en bicicleta y jugar al fútbol y al squash. Y si bien su cabeza emprendedora está encendida los siete días a la semana y su límite laboral es de 50 a 52 horas semanales, su familia, sus amigos y su salud ocupan un lugar primordial en su vida.
Libertad y flexibilidad
Amante de los viajes, Tomás sigue disfrutando esta actividad a la que considera sanadora porque, además de ser su cable a tierra, es una manera entretenida, práctica y real de “autoeducarse”.
También disfruta asistiendo a festivales y conciertos, de los cuáles conserva una colección de tickets. Y como buen amante de la música, se apasiona cuando suena un tango en la radio o cuando visita algún sótano perdido de Buenos Aires en búsqueda de la banda indie del momento.
Un sueño que lo guía
“Nuestro camino por la vida es corto como para estar invirtiendo el tiempo solo en ganar dinero”, afirma Tomás. Por eso, junto a sus socios comparte un sueño que demuestra que su empresa es parte de su forma de vida: quieren construir una organización global que perdure y genere un impacto social y económico en las futuras generaciones, comprometiéndose a llevar transparencia y honestidad a los negocios.